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Por María Sol Aliano

VOLVER AL RÍO

Actualizado: 4 mar 2021

HASTA FINES DE ENERO SE DESARROLLA LA AUDIENCIA PÚBLICA PARA TRATAR EL PROYECTO DE PRIVATIZACIÓN DEL ESPACIO PÚBLICO Y CONSTRUCCIÓN DE EDIFICIOS PRIVADOS IMPULSADO POR EL JEFE DE GOBIERNO PORTEÑO PARA LOS PREDIOS DE COSTANERA NORTE. TENEMOS UNA OPORTUNIDAD HISTORICA PARA QUE ESAS TIERRAS, EN CAMBIO, SEAN DESTINADAS A UN PARQUE PÚBLICO DONDE TODES PODAMOS DISFRUTAR DEL RIO.



Una ciudad de espaldas al río

El Río de La Plata se hace presente a lo largo de gran parte de los bordes de la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre en otras ciudades con esta característica (en algunos casos, diferencia que se ve con sólo cruzar la General Paz), nuestra conexión con el río es prácticamente nula. No solemos ir al río, no aparece entre nuestras primeras opciones de recreación cuando tenemos tiempo libre.

¿Será que no nos gusta el río? No, que no culpen a la víctima. Sucede que, como muchos dicen, esta ciudad se “construyó” de espaldas al río. Aunque el río está cerca, no es fácil llegar a él porque hay barreras urbanas (grandes avenidas o autopistas, vías de ferrocarril, etc.) que obstaculizan el acceso, el transporte público es muy escaso y faltan espacios con servicios e infraestructura públicos.


Una oportunidad histórica hermosa

Este año se vencen las concesiones de los predios de Costa Salguero y Punta Carrasco que están sobre la Costanera Norte y debería encenderse una luz de esperanza. Surge una oportunidad para empezar a reconstruir nuestro vínculo con el río y garantizar así el derecho que establece en el artículo 8 de la constitución porteña: “los espacios que forman parte del contorno ribereño de la Ciudad son públicos y de libre acceso y circulación”.

Para diseñar la recuperación de la zona se realizó un concurso de ideas que, como cuenta María José Leveratto, integrante del Colectivo de Arquitectas en Defensa de las Tierras Públicas (@cdarquitectas) y vecina de Villa Crespo, atrasa desde su concepción: “la confección de las bases no incluyó un proceso participativo que involucre a la población, se realizó en pleno aislamiento social, entonces, quienes participaban no tenían posibilidad siquiera de acceder a ver el lugar y la duración de la convocatoria fue muy corta. Para rematar, el jurado encargado de elegir el proyecto ganador estaba compuesto solamente por arquitectos varones. O sea, esta oportunidad única de planificar la recuperación de un espacio ribereño acotada sólo a la mirada de arquitectos. Se reduce la idea de urbanizar a la de construir. Como si no fuera imperativo incorporar a sociólogxs, ecólogxs, biologxs, ing. hidráulicxs para pensar interdisciplinariamente cómo hacer uso de estos espacios tan esenciales para recomponer la relación ciudad/naturaleza, especialmente en un contexto de calentamiento global. Como si no estuviéramos viviendo un momento histórico en el cual la diversidad de géneros ya no puede ser desestimada”.

Entre otras cosas, el proyecto ganador incluye la venta del 25% de los terrenos públicos de Costa Salguero para la construcción de departamentos de lujo, en una ciudad que vive bajo la controversia de tener déficit habitacional al mismo tiempo que una gran cantidad de viviendas ociosas. Otro capítulo de la Oda a la desigualdad de los barrios de la ciudad: se crea un nuevo conglomerado al que sólo unxs pocxs pueden acceder por sus altos precios. Una dinámica que sólo refuerza el déficit habitacional, ya que quienes adquieren estas unidades lo hacen principalmente para resguardar un capital de inversión y no para satisfacer la necesidad de vivienda.

Para que el proyecto pueda concretarse es necesario que se apruebe en la Legislatura la ampliación de los permisos de usos y construcción de la zona a través de un procedimiento de doble lectura. Entre ambas lecturas debe realizarse una audiencia pública que está teniendo lugar en estos momentos con un récord histórico de inscriptxs: más de 7.000 personas, es decir dos meses de presentaciones de vecinas y vecinos. “Es un tema que abarca a todxs, es una zona de la ciudad que no es de nadie y es de todxs, no hay vecinxs directxs. Entonces todxs lo sentimos como nuestro. Nos interpeló en algún lugar a todxs lxs porteñxs”, describe para explicar este fenómeno María José. El colectivo del que ella forma parte viene haciendo un seguimiento de estas exposiciones, hasta fines de diciembre 98% habían sido en contra y 2% a favor del proyecto.

A las exposiciones de la audiencia pública se le suman diversas manifestaciones en contra como bicicleteadas y abrazos a los predios, casi 50.000 firmas recolectadas para que se archive el proyecto, un recurso de amparo contra la posibilidad de vender esas tierras y un dictamen de la Administración Nacional de Aviación Civil que considera que el proyecto de Costa Salguero atenta contra la seguridad aeronáutica.

Cuando lo privado avanza sobre espacios públicos, unxs pocxs ganan y muchxs perdemos, pero a veces es tan silencioso el proceso que cuando nos damos cuenta ya es muy tarde. Frente a tierras públicas vendidas y edificios ya construidos, dar marcha atrás se hace mucho más cuesta arriba. Por eso este despertar frente la pérdida del acceso y disfrute del río llega a tiempo, en el momento justo, cuando está todo dado para cambiar el rumbo. Ojalá lxs legisladores que votarán el proyecto en segunda lectura estén tomando nota de todas estas voces y considerando sus argumentos. Ojalá en algunos meses se convoque a lxs ciudadanxs para pensar juntxs cómo queremos que sea este gran parque público ribereño para que se convierta en un espacio de encuentro e integración entre nosotrxs y con el río.


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