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PAQUITA BERNARDO, LA FLOR DE VILLA CRESPO

  • Foto del escritor: Marina Cañardo
    Marina Cañardo
  • hace 3 días
  • 7 Min. de lectura
Foto: Paquita Bernardo. Instituto Nacional de Estudios de Teatro. Archivo Histórico
Foto: Paquita Bernardo. Instituto Nacional de Estudios de Teatro. Archivo Histórico

Paquita Bernardo fue una pionera del bandoneón a comienzos del S XX. En menos de 25 años, logró gran notoriedad en un ambiente exclusivamente masculino. Fue conocida como “La Flor de Villa Crespo”, por el barrio en el que vivió toda su vida. Su amor quedó plasmado en un vals al que llamó “Villa Crespo”. Dirigió su propia agrupación musical con presentaciones en bares y teatros de Argentina y Uruguay. De la “Orquesta Paquita” participaron, entre otros, el joven pianista Osvaldo Pugliese. Uno de los tangos compuestos por Paquita sobresalió en un importante concurso de 1924. Sus obras fueron grabadas por Carlos Gardel y por las orquestas de Firpo y Cobián. ¿Conocías la historia de esta vecina que amaba Villa Crespo? 


Francisca Cruz Bernardo nació el primero de mayo de 1900 en el seno de una familia trabajadora que vivía en Villa Malcom (actualmente parte de Villa Crespo). Fue la quinta de ocho hermanos cuyos padres habían venido de España. José María Bernardo y María Giménez emigraron a Buenos Aires buscando un lugar donde vivir y trabajar. Lo encontraron en Villa Crespo que distaba bastante de ser el barrio que conocemos actualmente. Además de conventillos, curtiembres y fábricas de ladrillos, el paisaje incluía un arroyo (el Maldonado) que aún circulaba a la vista de todos, casas bajas con patios, tranvías, carros lecheros y mateos que recorrían las calles empedradas. La familia Bernardo se instaló en este barrio como muchos otros inmigrantes que encontraron un hogar y educación pública para sus hijos. Aunque los hermanos mayores de Paquita debieron abandonar sus estudios y trabajar tempranamente, lo hicieron en las fábricas y comercios del barrio o recorriéndolo como vendedores ambulantes para colaborar con la economía familiar. Incluso la propia Paquita trabajó un tiempo en una fábrica de medias ubicada en Vera entre Acevedo y Malabia. 

Sin embargo, Paquita era especial y desde pequeña había mostrado un gran interés por la música. Sus padres apoyaron su deseo y la anotaron en un conservatorio dirigido por “la señorita Catalina Torres” ubicado en Av. Triunvirato (hoy Av. Corrientes). Allí tomaba clases de piano, instrumento que tocado por una mujer representaba cierto status social para la familia. Algo así como una versión musical y femenina de “M’hijo el dotor”.  No obstante, las ilusiones de sus padres peligraron el día que Paquita escuchó en ese mismo conservatorio a un compañero, el luego célebre José Servidio, tocando algo que sonaba distinto a todo: un bandoneón. Cuentan que hipnotizada por su sonido decidió cambiar de instrumento. La elección de un fuelle para el que se necesitaba abrir las piernas al tocarlo no parecía ser algo que aprobarían sus padres. Paquita empezó entonces su estudio a escondidas siguiendo el método de Arturo Berto, nacido en Bahía Blanca pero vecino de Villa Crespo desde su infancia. Cuando tomó coraje, comentó con sus padres su intención de tocar ese instrumento tan poco asociado con el imaginario de lo femenino. Con gran esfuerzo y el apoyo de sus hermanos, Paquita logró imponer su voluntad y tomó algunas clases que la ayudaron a desarrollar su talento natural. En poco tiempo, dominó esa intrincada botonera y se ganó el apodo de “La mujer bandoneón”. Empezaba así su camino para hacerse lugar en la escena tanguera de la época.

Con apenas diecisiete años, Paquita se presentaba en reuniones sociales amenizando cumpleaños y eventos de beneficencia del barrio. Se cree que tomó alguna clase con Pedro Maffia, bandoneonista de su misma edad que andaba haciendo sonar su fuelle por los bares de Villa Crespo. Paquita salía a tocar acompañada de sus hermanos: ya sea Arturo —que además tocaba la batería junto a ella— o Enrique, dueño de un taxi en el que iban y venían de las presentaciones. Pronto amplió su circuito de actuaciones tocando en bares y salones donde solía haber palcos preparados para los músicos.  

A “la flor de Villa Crespo” se la podía escuchar sola, en dúo o tríos en bares del barrio en los que era la única mujer en tocar. 


El siguiente listado reúne alguno de los lugares en los que Paquita hizo sonar su bandoneón:

Salón Peracca (Av. Corrientes 5456) 

Café Venturita (Av. Corrientes y Serrano) 

Café San Bernardo (Av. Corrientes 5434) 

La Glorieta de La Victoria (Av. Corrientes 5566)

Café El ABC (S.Ortiz y Av. Córdoba) 

Salón San Jorge (Thames entre Vera y Villaroel) 


Pronto Paquita estuvo lista para trascender las fronteras del barrio y cruzando el Maldonado (hoy entubado bajo la avenida Juan B.Justo) llegó a Palermo. Su actuación en el Bar La Paloma (Juan B.Justo y Av. Santa Fe) marcó el rumbo al centro. Pero el verdadero salto ocurrió en 1921 cuando se presentó en el Bar Dominguez (Av. Corrientes entre Paraná y Montevideo). Para entonces ya era la directora de la Orquesta Paquita integrada por Arturo Bernardo en batería, los violinistas Elvino Vardaro y Alcides Palavecino, el flautista Miguel Loduca y el  jovencísimo pianista y vecino Osvaldo Pugliese. Se cuenta que cada vez que Paquita tocaba allí la convocatoria era tal que la gente que quedaba afuera cortaba el tránsito de la calle Corrientes. 


Lo que ocurrió con Paquita desde 1922 en adelante fue vertiginoso. En ese año, la flamante Radio Cultura la contrató para que tocara tangos y fragmentos de ópera. Al año siguiente, viajó para presentarse en Uruguay donde enamorada de Montevideo compuso el vals “Cerro Divino”. A fines de 1923, participó de la “Fiesta del Tango” en el Teatro Coliseo siendo la única mujer en una orquesta de 100 músicos. También ese año se presentó en el Teatro Smart (Corrientes 1288) junto a la célebre actriz Blanca Podestá. Poco después llegó a tocar en otro famoso coliseo: el Teatro Argentino de La Plata. Cuando parecía que su carrera como intérprete alcanzaba un crecimiento exponencial, un concurso de tangos la puso en escena como compositora.


En 1924, un empresario de la industria del disco y del cine, Max Glücksmann, organizó el primero de unos célebres concursos en el Cine Teatro Grand Splendid (Av. Santa Fe 1960, donde hoy funciona una enorme librería). En aquel lujoso teatro, se hacían las audiciones públicas de una selección de tangos que luego eran votados por los asistentes. Los ganadores eran premiados con la grabación de su música en discos del sello Odeón. En 1924, una obra llamó la atención entre todas: fue la única presentada por una mujer. 

Al escuchar aquel tango, el público lo encontró tan hermoso que aplaudió a la orquesta de Firpo obligándolo a repetirlo, algo que estaba prohibido por el reglamento. El tango era “Soñando” de Paquita Bernardo. A pesar de no ganar el concurso, recibió una mención especial además del honor de ser grabado por la Orquesta de Firpo y por Carlos Gardel. 



Partitura del tango “Soñando” de Paquita Bernardo. Instituto Nacional de Estudios de Teatro. Archivo Histórico


Pero la carrera y la vida de Paquita tuvieron un final abrupto: el 14 de abril de 1925 Francisca Bernardo falleció de una afección pulmonar pocos días antes de cumplir 25 años. Fue despedida por una multitud que salió por las calles de Villa Crespo confirmando que el amor que sentía por su barrio era recíproco. Paquita y su tenacidad para domar el bandoneón primero y las adversidades del mundo después, resultaron inspiradoras para muchas mujeres que la sucedieron. Hoy continúa siendo un modelo para las cada vez más numerosas bandoneonistas que se presentan en escenarios de todo el mundo siguiendo los pasos de Paquita. 


Agradezco a Felicitas Luna por la Revista Todo es Historia. Nº391 (Febrero de 2000) con la nota “Paquita Bernardo, la primera mujer bandoneonista” de Diego A. Del Pino. Y a Laura Mogiliani, directora del INET, por las imágenes.




Los restos de Paquita descansan en el Cementerio de la Chacarita (foto: Yacki Lazzari)
Los restos de Paquita descansan en el Cementerio de la Chacarita (foto: Yacki Lazzari)

Homenajes a Paquita Bernardo “La Flor de Villa Crespo” La primera bandoneonista mujer


Sábado 3 de mayo de 2025

17 hs: Recorrido guiado por los lugares que frecuentó “La flor de Villa Crespo". 

Punto de encuentro: Café San BernardoLa caminata incluirá lugares donde funcionaron teatros, bares, cines y hasta un sitio en el que vivió Paquita. Luego habrá un miniconcierto a cargo de la bandoneonista Cindy Harcha en la Disquería RGS (Galecor).

18 hs: Charla sobre Paquita Bernardo + vermú ó café en el Café San Bernardo 

Participarán de la charla: Gladys Gazzero: documentalista, fotógrafa y directora de fotografía quien realizó el documental “La Paquita” sobre la primera bandoneonista mujer. Laura Mogliani: directora del Instituto Nacional de Estudios de Teatro (INET), doctora en Historia y Teoría de las Artes, Facultad de Filosofía y Letras (UBA). Camila Arriva: cantante y productora de Mujeres, dos discos con tangos de compositoras que incluye “Soñando” de Paquita Bernardo. 

Coordinadora de ambas actividades: Marina Cañardo: investigadora, docente y gestora cultural. Doctora de la UBA y de la EHESS (París), es autora del libro “Fábricas de músicas” (Gourmet Musical), curadora de la exposición “Pioneras del tango”, fue además Directora del Museo Casa Carlos Gardel y del Museo Nacional de Arte Decorativo.



Domingo 11 de Mayo 

20.30 hs en Casa Brandon, Luis María Drago 236

Proyección de "Yuyes verdes. Mujeres y disidencias en el tango del siglo XXI". Charla de Sofia Cecconi & Marina Cañardo

Cierre musical a cargo de "Chifladas" tango.

Entrada a la gorra.


Aniversario de "la flor de Villa Crespo": En el marco del homenaje a los 125 años del nacimiento de Paquita Bernardo, primera bandoneonista mujer, se pasará el documental "Yuyes verdes. Mujeres y disidencias en el tango del siglo XXI" de Sofia Cecconi. Luego de la proyección, habrá una charla entre Marina Cañardo y la directora. Como cierre disfrutaremos de un breve concierto de Chifladas tango, un sexteto atípico, que interpreta tangos clasicos y del Siglo XXI con arreglos originales.



Mosaico por la memoria feminista para Paquita Bernardo gestionado por @clicvillacrespo en 2019
Mosaico por la memoria feminista para Paquita Bernardo gestionado por @clicvillacrespo en 2019

Mural Paquita de Gabriela Montero en calle Rojas y Apolinario Figueroa parte del trabajo de alumnos de Georgina Ciotti
Mural Paquita de Gabriela Montero en calle Rojas y Apolinario Figueroa parte del trabajo de alumnos de Georgina Ciotti



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