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LEOPOLDO KULESZ Y EL MANUAL QUE REVIVE EL ÍDISH EN VILLA CRESPO

Actualizado: 15 jul

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Leopoldo Kulesz es matemático, editor y traductor. Fundó junto a su hermano Octavio la editorial Libros del Zorzal, que desde el año 2000 publica títulos de filosofía, cultura y pensamiento, con una especial sensibilidad hacia el mundo judío y el idioma ídish. 


En esta entrevista para AVC, conversamos sobre la reciente publicación de uno de los nuevos libros de su catálogo, Manual para aprender ídish; sobre su vínculo personal con la lengua y la identidad, y sobre su mirada de los libros como forma de transmisión cultural.


Leopoldo Kulesz
Leopoldo Kulesz

Hola Leopoldo, un gusto saludarte. ¿Podrías contarnos de qué se trata el Manual para aprender ídish y cómo surge la idea de publicarlo? ¿A qué público está dirigido?

Un gusto, Martín. El Manual para aprender ídish es un libro de 720 páginas organizado en 85 lecciones y acompañado por un audio de cada lección al que se accede por internet. Siempre quise publicar un manual que enseñe ídish y Lucas Fiszman, un importante profesor de ídish porteño me contó que existía este Manual en Francia y me ayudó en la edición. Está dirigido a los que tienen curiosidad por el idioma ídish. No hace falta tener ningún conocimiento previo para arrancar. 

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¿Cómo fue el proceso de edición de un libro de estas características? ¿Qué es lo que más satisfacción te dio al verlo terminado?

Como comenté, es un libro que existe en Francia, es del método Assimil, muy exitoso en la enseñanza de idiomas. Yo traduje del francés al castellano el texto francés y Lucas hizo la revisión técnica. Mi satisfacción es dejar un manual de gran calidad pedagógica que pueda ser aprovechado por cualquiera.


Al crecer en una familia judía, es muy común que sea en la casa de los abuelos donde los aromas, las historias, los objetos o el idioma —distinto del que se aprende en la escuela— transmitan y formen la identidad de una manera muy potente. ¿Cómo fue en tu caso? ¿Qué vínculo tenés con el judaísmo, y particularmente con el ídish? ¿Creés que eso influyó en tu decisión de traducir y editar el Manual para aprender ídish?

Lo judío, en mi caso, viene del lado de la familia de mi papá, mis abuelos llegaron con mi tía en brazos en 1935 desde Bialystok, Polonia. Mi vínculo con el judaísmo viene entonces de mi familia paterna, mi mamá no es judía. Toda mi infancia y adolescencia escuché a mi papá hablar ídish con mi abuela y mi tía, siempre me causó mucha curiosidad y me sorprendía escuchar a mi papá hablando con fluidez un idioma tan distinto al que hablaba conmigo. Más adelante, me fui a vivir a París unos años y, paseando, un día vi un cartel que decía “Clases de ídish”. Era la Biblioteca Medem, el centro ídish por excelencia en Francia. Hice un curso de tres años, una vez por semana. El curso era excelente, estaba muy anclado en la poesía, en las canciones y en el humor. Lo disfruté muchísimo. 


Muchas veces se habla del pueblo judío como “el pueblo del libro”. Pero no sería desacertado, como alguna vez se dijo, referirse al pueblo judío como el pueblo de “los” libros (especialmente a partir de la época moderna). Ya sea leyendo, escribiendo, corrigiendo, comentando, traduciendo o editando libros, ¿cuál te parece que es la conexión entre “lo judío” (o el judaísmo) y los libros? 

Resumiría mi respuesta a tu pregunta con una frase que leí de George Steiner: “Cuando los judíos no tenían tierra, ni ejército, ni soberanía, tenían el lenguaje y los libros: eso fue su patria, su templo, su linaje.”


Dentro de su amplio catálogo, Libros del Zorzal cuenta con muchos títulos vinculados al judaísmo y al ídish, algo no tan común en el mundo editorial. ¿Qué motivaciones hay detrás de esa elección? ¿Y qué expectativas tienen, como editores, con la publicación de estos títulos?

Ser editor, según entiendo el oficio, consiste en hacer y difundir libros que te entusiasman y te dan ganas de compartir. Esto me pasa con todos y cada uno de los libros que publica Libros del Zorzal. Mis expectativas con todos los libros de mi catálogo, en particular los vinculados al judaísmo y al ídish, se centran en contagiar este entusiasmo. 

página del Manual de ídish
página del Manual de ídish

Entendiendo la labor de editar libros como un oficio –en tanto experiencia cotidiana que se torna saber en el cuerpo–: ¿por qué publicar el Manual para aprender ídish en este momento? ¿Detectaste una necesidad en el público lector? ¿Fue una intuición? ¿O bien la publicación del libro busca, de algún modo, generar “ese hambre que viene comiendo”, un deseo, por el idioma y la cultura ídish? 

Publiqué el Manual para aprender ídish en este momento porque tenía ganas y pude, eso es todo. 


¿Considerás que es posible aprender un idioma únicamente a través de un libro, sin una comunidad hablante? ¿Qué límites y posibilidades ves en este aspecto?

Aprender un idioma implica necesariamente tener la ilusión de comunicar algo con alguien en ese idioma. Pero no olvidemos que una comunidad está siempre integrada por vivos y por fantasmas, es decir, por un montón de gente. El que se anime a leer nuestro Manual para aprender ídish se va a dar cuenta de que está integrando una comunidad muy numerosa y que los límites del ídish son los suyos propios.   


En la librería [De la Rama, especializada, entre otras cosas, en judaísmo], funciona un taller de “ídish con poemas y canciones”. La propuesta, justamente, es poner en juego los conocimientos que se tengan de una manera que no sea demasiado formal o estructurada, sin evaluaciones periódicas ni objetivos académicos, pero que a la vez sirva para que el ídish (tanto idioma como cultura) encuentre una vía de expresión/canalización si ya lo tenemos incorporado, o bien una manera de in-corporarlo si aún estamos en ese proceso. ¿Qué otras maneras conocés vos –o se te ocurren– para que quienes usen el Manual puedan poner en práctica lo aprendido?

Ivan Jablonka, un autor de Libros del Zorzal a quien aprecio mucho dice: “La memoria necesita de la historia y no al revés, de la misma manera que la sensibilidad necesita del rigor, y no al revés.” Me encanta la idea de encarar la enseñanza de un idioma a través de las poesías y las canciones, pero sin olvidar que un idioma tiene una gramática, una ortografía, una estructura. Siguiendo a Jablonka, aprender todas estas cuestiones ayudarán a potenciar el disfrute de una poesía, porque el cuerpo y el alma son dos caras de la misma moneda. El Manual se ocupa de ambas. 


Por último y para ir cerrando (hasta la próxima ocasión): ¿qué otros títulos tiene Libros Del Zorzal planeado publicar para que continuemos nuestro camino por la senda vital del ídish?

El pequeño Nicolás en ídish, con textos de René Goscinny y dibujos de Jean-Jacques Sempé (traducción de Gilles Rozier) y Poemas y canciones de M. Gebirtig (edición bilingüe a cargo de Silvia Kot).


Excelente. Y ahora sí, la última. El ídish tiene una historia fuerte en Villa Crespo, aunque hoy ya no sea una lengua de uso común. Desde tu mirada, ¿qué creés que podrían ganar no sólo el barrio, sino también el país –y por qué no el mundo– si el idioma y la cultura ídish volvieran a ocupar un lugar más presente en nuestras vidas?

Alegría. 


* L. Martín Perelman es editor y librero con más de 20 años de oficio. Es fundador de Librería De la Rama, librería del barrio de Villa Crespo especializada en judaísmos, feminismos & género, pensamiento crítico e infancias libres. @libreriadelarama



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AVC Amo Villa Crespo es una publicación cultural de distribución gratuita del barrio. Edita una revista digital y esta página web. Además realiza los tours AVC, Brilla Crespo Sustentable y es parte de el colectivo CLIC Villa Crespo.

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