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  • Foto del escritorMalena Higashi

ENTREVISTA A JANA POWAZEK

”YO VIVO EN VILLA CRESPO PORQUE SOY MUY JUDÍO Y MI MAMÁ DEBE ESTAR MUY CONTENTA PORQUE CUANDO A MÍ ME DECÍAN ‘GORDO TROLO’, MI MAMÁ ME LLEVÓ A BAILAR, Y ESE ACTO SE LO VOY A AGRADECER SIEMPRE”, DIJO ENTRE SALTOS Y EMOCIONADO DAN BREITMAN, EL ACTOR QUE NO PUDO CONTENER SU EMOCIÓN AL RECIBIR EL PREMIO MARTÍN FIERRO A ACTOR REVELACIÓN POR SU PAPEL EN GUAPAS. BARRIO, JUDAÍSMO, GÉNERO: TODAS ESAS MARCAS DE IDENTIDAD EN UNA SOLA LÍNEA. ESA MADRE ES JANA POWAZEK, DOCENTE DE HEBREO, TRADUCTORA DE IDISH, DOCENTE DE MÚSICA Y MUSICOTERAPEUTA. CON ELLA CONVERSAMOS ACERCA DE ESTAS CUESTIONES, DE PESAJ Y DEL ÍDISH.

Por estos días se celebra Pesaj, más específicamente entre el 10 y el 18 de abril de este año. Pesaj es la fiesta de la libertad. Con el acontecimiento de las diez plagas, Dios puso en las casas judías una señal, las “puenteó” para que esas casas no recibieran las maldiciones de las diez plagas. Pesaj quiere decir “pasar” en ese sentido, el de puentear. Jana dice que es la mal llamada “pascua judía”. Y sigue: “Es una fiesta familiar, la comida tiene mucha importancia pero tiene un orden. Se lee el Hagada, un libro que se reparte a cada uno de los comensales. Allí se cuenta toda la historia de la salida de los judíos de Egipto y hay un cancionero donde uno de los ejemplos es que cada uno debe sentirse como si se hubiera liberado de la esclavitud. Es una fiesta con mucha simbología, aplicable a cualquier época, porque cada uno sufre su propia esclavitud en cada momento de la humanidad. Es una fiesta muy importante, incluso más que el año nuevo”. En Israel a la fiesta se le dice “seder”, que quiere decir “orden” y consiste en un lavado de manos y luego de la primera bendición, se lee, se canta, hasta la última canción, que dice “que el año que viene nos encontremos en Israel”. En Israel dura un día. Para quienes viven fuera de Israel son dos días, por la diferencia horaria.

El plato de Pesaj incluye los siguientes elementos, cada uno con su significado, que con mucho detalle explica Jana: “el Carpas (apio, perejil o papa) se moja en agua salada y simboliza las lágrimas vertidas por los judíos durante su esclavitud; el Maror (rábano picante) y el Jazeret (lechuga) simbolizan su vida amarga en cautiverio; el Jaroset (dependiendo de dónde provengan los judíos puede ser manzana, nueces o dátiles) simboliza el color de los ladrillos que trabajaban; Zroa (un hueso de pollo asado) simboliza el brazo extendido y hace alusión al pasaje bíblico en el que Dios sacó al pueblo de Israel con el brazo extendido; y la Beitza (un huevo duro) es el recuerdo por la destrucción del templo de Jerusalén. También se come matzá, conocido como pan ácimo, sin levadura, aunque tiene más bien el aspecto de una galleta cuadrada”. Jana cuenta que compra muchas de las comidas en El sabor de la niñez (Lavalleja 770), otras prefiere hacerlas ella, y dice como al pasar que me equivoqué de entrevistada, que no es la persona con quien debería hablar. Es viernes por la tarde, “ahora tendría que estar prendiendo las velas”, dice. “Pero a veces lo hago, a veces no, depende de mis ganas. Yo soy conservadora y los judíos conservadores cumplimos las tradiciones en una línea más tranquila, no ortodoxa. Soy tradicionalista porque recibí una educación judía muy importante basada en la tradición, no en la religión”, explica. Ella mamó esa tradición desde que nació. Sus padres sobrevivieron al holocausto en Polonia. Llegaron a la Argentina, no hablaban el idioma, criaron una hija única a la que le hablaban en ídish. Como muchos hijos de inmigrantes, la educación de Jana se dividió entre la escuela pública y la escuela de la colectividad. Luego fue a escuelas bilingües y más tarde hizo un terciario en Israel. Se dedicó toda la vida a la educación judía. En medio de todo el recuento de la historia familiar dice que “la lengua es parte de la vida”. ¿Pero qué pasa hoy con el idish, una lengua que según la Unesco está en peligro de extinción? “Cuando me dicen que es una lengua en extinción, me ofende, pero en el fondo lo creo, a pesar de que hay una movida europea de vuelta al idish. Acá se enseña en el IWO, pero es más una cuestión de gente grande que rememora su pasado a través de la lengua. Es una lengua donde seis millones de idish parlantes fueron asesinados, entonces tenés varias generaciones desde niños a gente muy mayor, que fueron eliminados.” Eliahu Toker la caracterizó como una lengua que tiene más historia, literatura y prestigio académico que hablantes.

Judaísmo, tradición y traducción

Jana dice que en Argentina los jóvenes judíos se han vuelto más ortodoxos. Es algo de los últimos 15 años, “creo que porque trae respuestas que los jóvenes no tienen”, dice. “Es para un estudio, me llama la atención que gente que se crió en familias no tradicionales se está volcando a la tradición”. ¿Pero qué es ser judía hoy, con la educación que heredó, con la crianza de sus hijos, ya grandes? “Para mí es mi manera de ver el mundo. No puedo elegir ser lo que no soy, esto soy. Me dediqué toda la vida a mostrar qué es el judaísmo, que para mí pasa por la cultura. El pueblo judío es un pueblo que tiene también una religión, pero hay un judaísmo laico. Yo me enganché con lo judaico de la cultura. Se dice que el pueblo judío es el pueblo del libro porque en la cultura vas a encontrar a través de los tiempos libros y más libros: el Talmud, la Mishná, son libros de pensadores que revisaron los primeros textos bíblicos y cada frase se fue interpretando, ese es un trabajo monumental a través de siglos.

Jana también transcurre su vida entre libros, traduciendo. Su tarea no tiene que ver simplemente con transcribir de un idioma al otro sino de interpretar toda la carga histórica que arrastra el ídish. En este trabajo si hay algo divertido son los proverbios judíos. Hay uno que nos hace reír: “der mentch trajt un got lajt”, es decir, “El hombre hace planes y Dios se ríe”. “Yo la dibujé un poco y la traduje así: Si querés hacer reír a Dios, contale tus planes del lunes”.

HACE 10 AÑOS QUE JANA VIVE EN EL BARRIO.

“¿Qué reminiscencias tengo sobre la identidad judía de Villa Crespo? Cuando se acerca una fiesta judía hay ultrareligiosos que se acercan a preguntarte si sos judío y te dan unas velitas para la ceremonia del sábado. La pescadería Costa Marina, que desde el barrio de Once se instaló en Corrientes y Estado de Israel. Allí se consigue guefilte fish, matzá… Es una pescadería judía, familiar y muy conocida entre los vecinos. En el barrio tampoco faltan las escuelas judías, entre ellas Scholem Aleijem,Ioná, Ionatí”.

Fotos: Javier Sinay

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