Un 12 de mayo de 1801 nacía en Bs.As. el General Benito Nazar. Es en honor a este hombre que la plaza del barrio fue bautizada, ya que se construyó sobre los terrenos donados por su familia para perpetuar su memoria.
Hace unos años, en una visita a la Asociación Benito Nazar, pudimos hojear un gran libro que recopila las ediciones del períodico editado por la Sociedad de Fomento Gral. Benito Nazar, fundada el 27 de febrero de 1927, un tesoro para quienes tantos años después hicimos una revista con intenciones parecidas.
El periódico da cuenta de historias relacionadas con el barrio que en su detalle no podrían haberse atesorado de otra forma.
En la edición de Octubre de 1929 (foto debajo), se anuncia que falta muy poco para la inauguración de la plaza, que sucedería finalmente el 11 de noviembre de ese año. También hay fotos de los vecinos recorriendo la zona junto al intendente Cantilo, del estado de los trabajos en curso y del día de la inauguración.
En la edición de mayo de 1932 (foto debajo), sale un comunicado que menciona que han sido escriturados los terrenos donados por la hija de Benito Nazar, Doña María Inés, para la construcción de la sede de la Asociación. Allí se cuenta que también funcionará una Biblioteca Popular con su nombre, la misma que hoy sigue en su misma sede frente a la plaza.
Como si fuera poco, el 12 de agosto de 1913 se funda el Colegio Corazonista Benito Nazar, levantado también por la donación de Don Miguel Nazar y la cooperación de sus hermanas, Águeda y María Inés, para perpetuar la memoria de su padre.
DON BENITO
¿Pero quién fue Benito Nazar, además del propietario de todas estas tierras? Benito Nazar nació en Buenos Aires el 12 de mayo de 1801. Con motivo de su aniversario, el períodico de la Asoc, Benito Nazar publica su biografía, extractada de un número del diario “La Prensa” del día 12 de Mayo de 1901, fecha en que se celebraba el centenario de su nacimiento.
Dice así: "Muy a menudo vemos figurar en la historia de la independencia y de la organización de nuestro país, a ciudadanos que ofrecieron a la patria su vida en holocausto y lucharon con valor hasta llegar a la conquista de sus sagrados ideales. Uno de esos varones ilustres fue el general de división don Benito Nazar, cuyo primer centenario se celebra hoy. Cúmplenos a todos tomar parte en la patriota fiesta, pues él luchó desde los primeros años de su vida, por nosotros y para nosotros."
Benito Nazar ingresó como cadete en el Regimiento de Artillería a los 11 años. Cursó sus estudios en la Academia de Matemáticas y egresó con el grado de alférez. Al parecer, mostraba brillantes aptitudes para las matemáticas, por lo que no se le permitió formar parte de la campaña libertadora de los Andes con San Martín pues se le encomendó siguiera sus estudios ya empezados. Al contrario de lo que reproducen algunos relatos. En diciembre de ese mismo año organizó una batería de artillería, con la cual actuó en la campaña del Brasil y en la batalla de Ituzaingó a las órdenes del Gral. Alvear, siendo ascendido en el mismo campo de batalla Teniente Coronel y en 1827 a Sargento Mayor como mérito a sus actuaciones desarrolladas en la batalla de Ituzaingo. Combatió a las Federales y en 1845 fue dado de baja por Rosas “por no merecer la confianza del gobierno". Derrocado el Restaurador de las Leyes, fue electo diputado de la legislatura de Buenos Aires en 1858 y dirigió el Regimiento 1º de Artillería. Luego se lo nombró Ministro de Guerra y Marina en 1859.
Juan María Gutiérrez, historiador y cronista del día que se repatriaron los restos del Gral San Martín y se inauguró la estatua en Retiro, el 13 de Julio de 1862 en Buenos Aires, da cuenta en un artículo del año siguiente de estos acontecimientos:
“La antigua plaza del Retiro estaba adornada con banderas patrias y de todas las Naciones (…) La estatua estaba cubierta con un velo azul y blanco: un viento fuerte y frio que venía desde las Cordilleras lejanas, quería a cada momento desgarrarle, como para satisfacer la impaciencia que manifestaba el pueblo para contemplar la figura del héroe (...) Junto al General Benito Nazar, que presidia las fuerzas militares encargadas de tributar los honores decretados al Libertador, estaban los veteranos de la guerra de la independencia luciendo sus entorchados, lo que daba a la ceremonia un marco inmejorable".
Don Benito tuvo 12 hijos e hijas, que mantuvieron su legado luego de su muerte el 16 de septiembre de 1886. Sus restos están en la Recoleta, en un mausoleo familiar, que tiene su busto sobre la entrada.
LA PLAZA
En un interesantísimo trabajo titulado “Revalorización y rehabilitación de plazas barriales en sus aspectos paisajísticos, sociales y culturales”. realizado dentro del proyecto UBACYT en julio de 2022 por la Arquitecta Alicia L. Cahn y Dis. Gabriela Campari conjuntamente con las Facultades de Agronomía, y Arquitectura Diseño y Urbanismo se cuenta que el General B. Nazar y su esposa compraron los terrenos en 1849 y fueron de los primeros pobladores del barrio a partir de 1852. Luego de su muerte, se lotean las tierras y se reparten entre los herederos. María Inés Nazar dona a la Municipalidad una manzana en 1911 con destino a la formación de la plaza.
En archivos fechados en 1928 figura que la misma ya se encontraba abierta al público.
En el períodico de la Soc. de Fomento se cuenta que inicialmente querían convertirla en un campo de deportes, organizar partidos de fútbol, en los que se daría preferencia a los hijos de los socios de la Sociedad de Fomento. Pero según los relatos, el campo de deportes se convirtió rápidamente en un lugar de batalla. Cotidianamente y en especial los días festivos,
llegaban al lugar camiones transportando jugadores de distintas partes de la ciudad. Y en un solo instante los 10.000 metros cuadrados de terreno desaparecían bajo el polvo de tierra. Las corridas, el griterío y los atropellamientos solo se calmaban cuando caía la noche.
“Y como no se podía tomar ninguna medida sin recurrir a la violencia, se pensó en apurar la realización de la plaza aunque fuese con unos pocos árboles y un poco de césped. Una vez hecha la plaza todo el descontento desaparecería. Los jugadores de fútbol buscarían otro campo de batalla para machucarse cabezas y piernas, y este terreno quedaría por fin convertido en un paraíso”...
La nueva plaza fue poblada por valiosas especies autóctonas que hacían mención a las
distintas regiones de nuestro país. Según las fuentes registradas varios árboles y plantas
florales representativos embellecieron el lugar como lo fueron el ceibo del Jujuy, palo borracho, guayabo, ombú, arrayán, maitén, lapacho, tipa, jacarandá, pino andino, aljaba, victoria regia, madreselva, begonias, petunias.
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