top of page
Foto del escritorAVC AMO VILLA CRESPO

IMPRENTA RESCATE



En una esquina del barrio ubicada a pocos metros de Warnes y Serrano, donde hasta hace poco tiempo solo había talleres mecánicos y en medio de todo eso, valiente, la librería de comics Punc, abrió el nuevo local de Imprenta Rescate. 


Llegamos en la víspera navideña y nos encontramos con Leandro, Michelle y Sasha, la hija de ambos, quien fiel a la identificación con sus padres, había armado un pequeño puestito de venta de tarjetitas dibujadas a mano. 

La imprenta taller devenida ahora en "librería donde se vende arte gráfico" nació en 2007 en Parque Chacabuco y cuenta a la fecha con más de 300 afiches (y también libros) impresos a mano en una prensa tipográfica mecánica antigua que hoy, dice Leandro, fundador de Rescate, "adorna el local". Ahora están todos acá; varios colgados en las paredes pero la mayoría en exhibidores (hechos por el hermano de Juana, de Punc, que es carpintero) para revisar y dejarse interpelar por frases de autores tan disímiles que van desde Miguel Abuelo y Federico Manuel Peralta Ramos a Gianni Rodari y Macedonio Fernández.




En el espacio antes había cueros y luego por años funcionó como taller de artista. Rescate se anima a abrir las puertas a la calle, lo que puede parecer un riesgo en los tiempos que corren, pero ni Leandro ni Michelle lo sienten así. "Ahora es cuando tiene sentido todo. O sea, no el confort y la cosa cinematográfica de que todo está bien superficialmente. No hay que dejarse influir, por eso esto para mí no es un riesgo en este momento, es una necesidad y no me interesan para nada las circunstancias externas, no me afectan. A mí no me parece justo que con todo tu trabajo previo, con todo el esfuerzo que vos le pusiste a la vida previamente, una circunstancia te permita bajar los brazos", dice Leandro. "A mi me gustó mucho un libro que leí por azar de un sociólogo francés que viaja a Chicago y se mete en un gimnasio de boxeo, en un gueto negro. Imagínate, un francés blanco y fofo, sociólogo, se mete ahí porque le gusta el mundo del box y cuando entra se da cuenta de que el gimnasio es como un gran lugar de hermandad donde los boxeadores en realidad se aman más que se quieren matar, y que en realidad es un bajón para ellos el día que se tienen que subir al ring, porque tienen que lastimar de verdad al otro, porque alguien tiene que ganar. El tipo labura mucho más sobre el gimnasio que sobre la competencia como él pensaba, digamos que va contra su tesis primera. Entonces yo no estoy de acuerdo en que si alguien te hace subir al ring porque te pone en esa situación de polaridad, vos subas con los brazos abajo cuando vos necesitás subir con los brazos arriba, porque si no estás descalificado. No puede ser que vos a la primera bajes los brazos, porque el otro ya te ganó. De ninguna manera, no podés. Dejá el lamento para otro momento y menos lo hagas público frente a tu trabajo, porque si no es un poco como una niña de 6 años que está encaprichada con algo y no se dio la realidad como ella quiso y se pone a llorar o tiene una rabieta. Vos ya no tenés más seis años, si vos sabías lo que iba a pasar. Entonces la labor cobra todavía más sentido en los momentos de adversidad, y en un punto el proyecto se pone más contento. Y no te digo que te convertís en el hombre de acero. Al revés, hay una necesidad de transmutar. Recibirlo y transmutarlo".  Michelle, su compañera agrega: "Hay muchas razones, antes estábamos en una tienda virtual y de pronto tener este lugar donde puede venir la gente, donde podemos charlar, donde se pueden dar conversaciones, encuentros, talleres. Estamos para que la gente tranquila también toque la puerta. Ahora somos un local donde se venden libros y cuadernos, después veremos cómo instrumentamos los talleres, o sea los encuentros alrededor de una mesa. Tal vez tipo taller literario o taller de construcción de la palabra con los cuerpos tipográficos reales". 


Michelle y Sasha se van, pero la charla con Leandro sigue.


Claro, eso también tiene un correlato con esto de lo impreso como lo tangible, ¿no? 

Si, el rescate también es eso. La palabra rescate es como una especie de polisémico, depende de la circunstancia y es como una especie de refugio. Primero me rescató a mí, después yo rescato frases, después rescata gente. Hay también una cosa del rescate del sentido. Un libro es un recorte si querés del gran libro. Por ejemplo, cuando extraigo una frase para los afiches es como si fuese una cosa homeopática. Cómo se puede expresar esa frase con los recursos que tengo de la manera más fidedigna a esa esencia.


¿Qué fue lo primero que imprimiste? 

Lo primero que hice fue un libro. El Discurso de la servidumbre voluntaria, en el 2007. Después usé esa imprenta algunas veces más para imprimir el afiche de "Algo maravilloso", de Zitarrosa.  En algún lado debo tener guardados los últimos cinco ejemplares de una tirada de 1000 (Ahora lo re editó Zorro Rojo así que está de vuelta en librerías). A partir de ese libro también pude entrar al mundo de lo que es vender un libro a través de librerías con un porcentaje de distribución, etc. Una cosa muy de Excel y yo dije "No, a mí me gusta más el Word" voy a salir de este mundo de Excel, y empecé a imprimir afiches que era lo que yo podía hacer con la máquina. Me acuerdo una vez en el lugar original donde estaba la máquina, una mañana, me levanto y me voy a trabajar ahí. Solamente tenía tinta negra y como no sabía imprimir, imprimía con mucha carga de tinta y no se secaba nunca el papel. Entonces imprimí la palabra "Sueñe" (no como una orden, sino como una sugerencia) en la versión original que era una letra más compacta, en tinta negra y en un papel viejo que había heredado; ni siquiera había tenido tiempo ni recursos para comprar papel. Habíamos cruzado alambres para usarlo tipo tender, y salgo al pasillo a tomar un vaso de agua y cuando vuelvo veo "Sueñe", "sueñe", "sueñe", como una gran imagen que todavía la tengo. La máquina y un montón de "sueñe" que habían sido materializados uno por uno en esa máquina. Ahí empezó a cobrar sentido la impresión serial. De esos no tengo más, estarán en algún lado, algunos se habrán roto, los habrán tirado o se habrán quemado, pero otros están colgados en paredes. Entonces empecé a articular desde ahí el trabajo, contra viento y marea. Me decían "Esto no tiene mercado", "esto no tiene sentido", "esta máquina es obsoleta", etc. Recibí mil comentarios así y uno positivo. Sin embargo, se trataba de sostener la palabra frente a cualquier circunstancia externa. Es un poco esta frase de Macedonio que hice señalador: "Hay que regar la plantita". Después la planta crece, pero bueno, dale luz, regala. Después ella va a encontrar su camino. Y también desde un lugar mucho más Bielsista, en el sentido de que el éxito es una circunstancia que ocurre muy pocas veces, pero la construcción puede ser algo que está dentro de tu dominio. Todos los días vos podés decidir construir y no dejarte ni frustrar por el fracaso, ni relajarte por un éxito circunstancial. 



¿Qué te motiva a seguir haciendo esto 17 años después?

Hay algo que es la palabra. Como la palabra puesta al servicio por un lado y por el otro lado de manera plástica. Como una palabra que en lugar de ser oral, se comparte de manera impresa donde el tamaño, la forma de la tipografía, los colores hablan también. y entonces te permite de pronto esto, rescatar un fragmento de una canción, una palabra, una idea, de una manera que viaja,  como si fuesen los afiches o páginas de un gran libro, viajan a un lugar de alguien que vos no conoces y eso después lo ve otra persona y le llega esa frase.

Ese es el impacto más grande que en realidad reside en la gráfica, en cualquier manifestación gráfica. Ser consciente de eso hace que este proyecto también articule un sentido, porque para mí son todas páginas de un gran libro que es eterno, pero yo no, así que en un momento voy a dejar de escribirlo, pero al mismo tiempo se disemina en un montón de hogares/ talleres /espacios en Argentina y el mundo. Hay gente que viaja y lleva de regalo los cuadernos, los libros a otras partes. La gente conoce la imprenta por la multiplicidad, por la resonancia que viene implícita en la producción gráfica sostenida en el tiempo. Tenés 300 afiches, cuadernos y libros multiplicados por la tirada que imprimimos. Bueno, ese es básicamente el origen y el fin del misterio, no hay mucho más.


También me interesa vincularlo a una práctica desde lo manual, porque estas no son imágenes que son JPG que a mí se me ocurren y las hago en el Illustrator y las subo a mi cuenta de Instagram. Si bien mucha gente, yo te diría que la mayoría, no sabe cómo están impresas, en la misma imagen está implícito que eso está hecho a mano. La construcción manual es un poco la diferencia, digo yo siempre, entre un actor en un escenario de teatro y una película de animación. Acá las letras se llaman cuerpos, y no es casual, tienen tres dimensiones, y tienen heridas y dejan marcas. Ninguna es igual a la otra.

¿Escuchaste la entrevista en Youtube que le hacen a Rubinstain en el último año de su vida? Es hermosa. Es una entrevista que yo siempre recomiendo por distintas cosas. Él está viejito. lo primero que cuenta es que a los 16,17 años se quiso suicidar. Colgó una soga a la lámpara, se colgó pero se fue todo a la mierda, y salió a la calle angustiado y empezó a ver que la vida era hermosa. Como un gran llamado a la vida. Y ves como el tipo abraza la música. Para él la música pasa a significar algo en su vida, A mí me pasa un poco lo mismo con la palabra. 



¿Cómo elegis las frases?

Muy pocas frases las inventé yo. Ahí veo: Peralta Ramos, Cavafis, Miguel Abuelo, García Lorca, Bielsa. Me parece que está bueno dejarse permear por personas o por obras o por frases de personas con las que vos no comerías un asado, por ejemplo. No llevarlo a un lugar polarizado ni como de una identificación primaria con una identidad sino justamente que vayan en contra de la identidad, que vayan en contra de cualquier tipo de identidad, en contra de cualquier tipo de identificación o, si querés, de cultura.

Porque en realidad, cualquier identificación con la personalidad a vos te trae mucho más dolor que satisfacción. Los momentos de mayor plenitud son aquellos en los que vos logras liberarte de tu yo.

Si yo lo llevo todo a una esquina, voy a recibir una polarización desde la otra esquina. En cambio con esto no. La palabra ternura es una palabra que está en el medio. Yo no voy contra la violencia con ternura. La ternura hace que no haya violencia, me ubico en el medio, algo que fui descubriendo interiormente. Entonces digo, seguí ubicándote ahí, en el centro, en el tercer ojo, en la equidad.

 

¿Y te llama la atención de qué manera a cada persona le resuenan frases distintas? 

La verdad que somos muy plurales, entonces no es lo mismo lo que es importante para vos que lo que es importante para mí. Eso hay que empezar a respetarlo también, porque si no es una especie de invitación al fascismo. Salir de esa cosa cartesiana y binaria. Porque te llaman ahí, o sea, esta cosa también de Bourdieu que decía que todo lo que existe es una tríada. Cuando yo te empujo de un lugar al otro te dejo en el lugar binario. Entonces vos nunca podés llegar a ver la tríada. Por ejemplo, están el lápiz y el papel, pero después está la mano humana que hace que esa actividad tenga sentido, sino son todos como compartimentos estancos que no tienen comunicación entre ellos. Tenemos que ver cómo nos vinculamos y bueno, hay una alteridad, o sea, es diferente cada persona y tiene su mambo y por algo elige tal cosa o tal otra. Y también comprender y reconocer de manera empática que estamos profundamente desorientados.







Comments


bottom of page