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  • Por AVC

LA RUTA DEL HELADO

Las altas temperaturas del verano no nos asustan, al contrario, son la excusa perfecta para recorrer las heladerías del barrio y encontrar, entre clásicas y nuevas, esos sabores que cada uno atesora, esos que logran hacernos agua la boca de solo pensarlos.

Nuestro barrio es de los pocos a los que las grandes cadenas de heladerías no han llegado. Será porque nadie las extraña. Villa crespo tiene una oferta de heladerías artesanales con historia y merecida fama, con heladeros de oficio que usan productos de estación e idean nuevos sabores. Ellos saben que amamos lo auténtico, los locales con identidad, los sabores caseros. Si de helados se trata, somos exigentes como pocos. Danos algo bueno y lo abrazaremos por siempre. Y como sobre gustos no hay nada escrito, cada cual tendrá su heladería favorita que defenderá incondicionalmente.

Las Malvinas fue bautizada como las islas por un matrimonio español allá por los años 40. El nombre quedó cuando sus nuevos dueños adquirieron el fondo de comercio para inaugurar la heladeria en Villa Crespo, sobre Angel Gallardo, pero no en su dirección actual sino en el local chiquitito de al lado. Corría el año 1977 y Ricardo trabajaba en una empresa que lo llevaba a estar en contacto permanente con heladeros. Así fue que junto a un grupo de compañeros del colegio abrieron la heladería y aprendieron el oficio. Con los años, Ricardo se convirtió en el único dueño, se mudó con la familia al barrio y en 1996 fundó la sucursal de Corrientes y Acevedo. Todo esto nos cuenta Cecilia, hija de Ricardo que hoy también es parte de esta empresa familiar tan querida por todos en el barrio. Cecilia destaca que en Las Malvinas “el helado sigue estando en primer lugar”. Desistieron de ofrecer otros productos y en eso ponen toda su energía y dedicación. “Por eso nos siguen eligiendo en el barrio”, afirma. Al igual que aquellos que la tienen como su favorita, detrás del mostrador también están los mismos de siempre. Hugo, por ejemplo, trabaja hace años y atiende siempre con una sonrisa, gesto que creemos imprescindible cuando se trata de ofrecer un cucurucho de helado. Entre los hits se destaca “por lejos” el dulce de leche granizado. Otro clásico es el limón jamaica, con granizado de chocolate y pulpa de frutilla, y el chocolate selva negra. Nuestro favorito, difícil de encontrar en otros lugares: el helado de canela. Esta temporada, Las Malvinas emprendió una acción solidaria conocida como “Helado Pendiente. Al igual que el “café pendiente”, que funciona en otras partes del mundo, esta iniciativa invita a comprar dos helados, tomar uno y dejar otro pago para alguien que no pueda pagarlo.

Estela y Mario son el cálido matrimonio al frente de Gelée, otra heladería muy querida en Villa Crespo. La historia cuenta que le compraron el fondo de comercio a los ex empleados de Trieste, la tradicional heladería de Salguero. La familia de Mario estuvo siempre ligada al rubro, su primo trabajaba en Fidelio, y con otros ex empleados de Trieste vieron en 2002 la oportunidad de abrir su local de Av. Corrientes “al lado de Helarte”, recuerda Estela, “en épocas de plena crisis”. Todos los helados se elaboran allí de forma artesanal. “Usamos productos seleccionados de primera calidad”. El sambayón con almendras acarameladas es espectacular. Otros hits son el mascarpone, el dulce de leche granizado y la banana split (que, atentos, ¡mantiene la gran receta de Fidelio!). Sobre el barrio Estela nos cuenta: “Con los clientes compartimos temas familiares, ya son muchos años. Le dimos de probar el primer helado a sus hijos, y hoy ellos, ya adolescentes, vienen por su propia cuenta”, y agrega: “Nos gusta el contacto con la gente. El vecino de Villa Crespo es muy sociable, amable y muy exigente, conocedor del buen helado”. Estela sabe de lo que habla.

La Flor de Almagro es una tradicional heladería que vio sus primeros años en el barrio vecino de Almagro. Hoy del lado de Villa Crespo, sobre la Av. Estado de Israel, guarda su nombre y fama de la mano de Salvador Palazzo, hijo del fundador. El local es chiquito, con fotos antiguas que mantienen vivo su legado. Dos bancos de plaza dispuestos afuera invitan a quedarse, sobretodo de noche cuando el ruido de la avenida se calma. Los helados son bien cremosos, y salen siempre generosos cuando de agregados se trata gracias a la mano de Salvador que suma muchas nueces, dulce de leche repostero o brownies, según sea el caso. La especialidad sigue siendo el sambayón, con sus variantes napolitana (con dulce de leche y galletitas bañadas en chocolate) y la que viene con pasas y nueces. El dulce de leche granizado (con chocolate posta) y el chocolate italiano lideran el ranking de los más pedidos. Nuestro favorito: tiramisú, con vainillas de verdad. En el límite de Villa Crespo con Caballito está Cerdeña, uno de los grandes descubrimientos que presenta esta ruta. De perfil bajo, en medio del ruido de Av. San Martín, quien la encuentre volverá una y otra vez en busca de sus sabores. Santiago padre es el maestro heladero, meticuloso y detallista en la preparación de cada sabor. Los frutales son su especialidad, y cada visita obliga a chusmear qué nuevo sabor se coló en el cartel luminoso: dependiendo de la estación del año puede ser ciruela, pomelo rosado, kiwi, manzana, pera. Son uno mejor que el otro, aunque por suerte los frutales no se llevan toda la fama; basta probar el dulce de leche con almendras acarameladas, el chocolate italiano o la banana split para saber que hay años de trabajo en estas recetas. Nuestro descubrimiento más reciente: chantilly al merengue (con dulce de leche repostero). El local es heladeria desde 1941, y acá fue donde en los años 80 Santiago aprendió el oficio. Por entonces tenía otro nombre, Cadolina. En los 90 emprendió un proyecto propio en Belgrano, pero al enterarse en el 2000 que el dueño de este local vendía, emprendió la vuelta junto a su esposa e hijo, quienes trabajan a la par de él todos los días, bautizando a la heladería Cerdeña, como su apellido materno. Desde entonces se encuentra entre las favoritas de quienes por azar o recomendación llegaron, los afortunados que sabemos orgullosos dónde se fabrica la golosa felicidad.

El joven Franco Savino es chef y trabajando en un restaurante empezó a experimentar la elaboración de helados. Y allí descubrió un talento: imaginar nuevos sabores que ahora Sebastián Segovia materializa en la fábrica del fondo desde que inauguraron Occo en 2012, a pasitos de VC (y recientemente inauguraron otra sucursal en Villa Urquiza y otra en Villa Pueyrredón). El local de Occo parece sacado de un parador de playa, como si un grupo de amigos hubiera decidido probar suerte en la temporada con su bolichito de helados. Así, descontracturado y acogedor, Occo te envuelve en un clima de mucha buena onda y de abrazos de Occo. Hay unas mesitas afuera y un silloncito adentro para detenerse a disfrutar. El deleite empieza por la pizarra, donde sabores clásicos y exóticos adelantan que la experiencia del helado aquí será especial. El más conservador sin duda halagará los clásicos, pero la gracia está en probar las originales recetas dignas de un buen gourmet. En este caso lo exótico no es pretencioso, y hasta los gustos más rebuscados salen airosos. Por ejemplo, una de las creaciones más recientes es un chocolate con galletitas de limón que dicen quienes lo probaron que sabe a helado de Rhodesia. Otro hit es el cheese lemon, la naranja sale combinada con banana y frutilla, con limón y pomelo o un favorito, con zanahoria y jengibre. Nuestro preferido: Chocolate picante. Nadie acá sabía cómo hacer las cosas, fuimos aprendiendo”, nos dice Sebastián. Parece que el aprendizaje fue todo un éxito. Los helados de Occo son una experiencia única.

Vickens es una pequeña pero moderna heladería sobre una callecita muy tranquila frente a la plaza 24 de septiembre, a metros de Av. San Martín. Abre a partir de las 4pm y los fines de semana desde el mediodía, esperando tentar a chicos y grandes que van camino a la plaza, lugar ideal para ir a saborearlo, bajo los árboles. Suelen atender sus dueños, quienes muy amablemente recomiendan sabores a quienes quieran probar uno nuevo. Tienen muy ricos chocolates, una muy lograda chocotorta y un frutal para destacar: el de frutilla y naranja. Otra heladería con pocos años en el barrio es Via Giovanni. Osados, se atrevieron a ubicarse a tan solo unos pocos metros de La flor de Almagro. Los gustos están a la vista, y el local es grande, con un patio abierto al fondo. También sirven café y medialunas.

- LAS MALVINAS. Av. Ángel Gallardo 78 y Av Corrientes 5402. 4862-5667 - GELÉE. Av. Corrientes 5076. 4856-9694 - CERDEÑA. Av. San Martín 1677. 4582-3357 - LA FLOR DE ALMAGRO. Av. Estado de Israel 4727. 4854-0717 - LOS AMORES, Malabia 294.

- OCCO HELADOS (¡a pasitos!), Dorrego 1581. 4777-9302 - VICKENS, Rojas 1259. 4582-1817 - VIA GIOVANNI, Av. Estado de Israel 4751. 4854-7650 - EL BONUS: PISTACCHIO (A pasitos!) Una joyita que vale la pena conocer. En Santos Dumont 3429.

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